Sobre la triple puerta de la Catedral de Milán hay tres inscripciones que atraviesan los espléndidos arcos. Sobre el arco exterior está tallada una hermosa corona de rosas, debajo de la cual está la leyenda “Todo lo que agrada es solo por un momento”.Sobre otra está esculpida una cruz, y debajo están las palabras: “Todo lo que molesta es solo por un momento”.Pero sobre la gran entrada central de la nave principal está la inscripción: “Lo único importante es lo que es eterno”.Aunque desconocido entre los muchos artistas que dedicaron su tiempo y talento a este vasto edificio durante los cinco siglos que estuvo en construcción, hubo uno que ha dejado atrás el sermón más corto, pero más poderoso jamás predicado desde sus paredes.”Todo lo que agrada es solo por un momento”. Eso es ciertamente cierto. Los placeres de la niñez y las intensas ocupaciones de los últimos años, ya sean físicos o intelectuales, desaparecen rápidamente, ¡y qué poca satisfacción proporcionan!¡Cuántas veces queda un pinchazo en la conciencia, o tristeza en el corazón, a causa de “algo” —ese algo incesante— que descarrió o causó dolor!Aunque todo lo que agrada aquí en la tierra es “sólo por un momento”, los placeres de que nuestros pecados sean perdonados debido a la obra expiatoria de Cristo en la cruz, y de que nuestros corazones se alegren con el sentido de Su profundo amor, son eternos. Estos son los gozos que permanecerán con nosotros para siempre. Y entonces, en las palabras de la inscripción central, nos daremos cuenta: “Sólo es importante lo que es eterno”.Pero, más felices que aquel artista de hace mucho tiempo, viviendo como lo hacemos ahora a pleno sol del evangelio de la gracia de Dios, podemos anunciar las buenas nuevas de que Él da “deleites para siempre” por medio del Señor Jesucristo, que está a la diestra de Dios.Cuán verdaderamente pueden decir los cristianos: “Todo lo que nos preocupa es solo por un momento”. ¡Vamos a dejarlos a todos atrás!El apóstol Pablo tomó su cruz y siguió los pasos de Jesús. Escuchemos sus palabras de aliento que han descendido a través de los años: “Porque nuestra leve aflicción, que es momentánea, produce en nosotros un peso de gloria mucho más excelso y eterno”. 2 Corintios 4:17.
Tres inscripciones (#95888) – Biblioteca de la Verdad Bíblica (bibletruthpublishers.com)
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